jueves, 23 de septiembre de 2010

¿Porque invertir en obras de artistas emergentes?

 Los expertos nos dan una guía para iniciar la inversión en arte.
Cuando nuestro capital de al respecto, no es muy amplio, podemos tener en consideración a los artistas emergenes, pues si atinamos bien, nos proporcionará un mejor resultado que muchas otras formas de invertir nuestro dinero y una gran satisfacción.

Ante la incertidumbre de los principales indicadores financieros y la volatilidad de la mayoría de los activos, el arte se convierte en una opción para el resguardo del valor y, por qué no, en la oportunidad de multiplicar varias veces el capital invertido. Por supuesto, siempre teniendo en cuenta que es un proyecto a mediano o largo plazo y que no cuenta con la misma liquidez que otras alternativas.



El mercado de arte local (Argentina) mueve por año US$ 100 millones, pese a que la mayoría de los especialistas coincide en que no está atravesando su mejor momento. Eso lo convierte en una oportunidad de negocios para los inversores. Pero, ¿cómo invertir en arte y diversificar una cartera? ¿Qué artistas dejan los mejores márgenes?


“El mercado del arte es casi el más perfecto. La ley de oferta y demanda no se puede alterar. La única excepción es que la escasez no aumenta, sino que disminuye el valor”, dispara Ignacio Gutiérrez Zaldívar, director de la galería Zurbarán. Es el primer dato a tener en cuenta: un pintor sin cuadros no es promocionado. Picasso, uno de los artistas más cotizados en el nivel mundial, hizo 90.000 obras; Marc Chagall, 50.000. En el ámbito local, la premisa es la misma: Leopoldo Presas o Carlos Alonso, por caso, pintaron unas 20.000 obras. La cantidad garantiza la promoción por parte de las galerías y los marchants, y la consecuente cotización de las obras, que se valorizan hasta en un 12 por ciento anual acumulativo.

Algo importante de recalcar, es que, en Argentina, por ejemplo, ni el uno por mil de la población compra arte (unas 40.000 personas- Un estimado semejante sucede en la mayoría de paises latinoamericanos),mientras que en los Estados Unidos el 2,5 por ciento lo hace, y es superior en otras partes del mundo. “Entonces, los precios sólo van a subir, porque lo único que puede ocurrir es que aumente la demanda, no se puede achicar”, resume Gutiérrez Zaldívar. Guillermo Ruberto, coleccionista y especialista en mercado de capitales, coincide: “El arte comparativamente a nivel calidad/precio es mucho más barato en la Argentina. Por eso es una buena inversión: tiene valores muy bajos a escala internacional”.

Un negocio particular es el que lleva a cabo la galería Zurbarán, que entrega las obras en alquiler o leasing al 6 por ciento anual de su valor. Hoy tiene más de 1000 piezas en paredes de terceros. Pero la novedad es que la galería garantiza la recompra (en cualquier momento y sin explicación previa) del ejemplar por lo menos al mismo valor en dólares que el cliente pagó originalmente. “En enero de 2002, la única plata cash era un cuadro de Zurbarán”, grafica Zaldívar, quien asegura que hasta el momento sólo recompraron el 8 por ciento de lo vendido, con ganancias de un 28 por ciento.

La hora de la elección
Decidir en qué artista invertir depende del presupuesto con el que se cuente. Optar por un consagrado supone montos más altos pero es más seguro. Para comprar artistas emergentes no es necesario manejar grandes cantidades, pero aumenta el riesgo y se necesita tiempo para acompañar el proceso del artista. “Es una inversión a mayor plazo”, explica Marcela Sánchez Zinny, al frente de SZ Consultores en Arte. A modo de diversificación, la experta recomienda destinar el 60 por ciento del presupuesto a artistas consagrados y en vías de consolidación, y el 40 por ciento a emergentes. “En el caso de un comprador chico, sólo debe apuntar a los artistas emergentes, dado que un bajo presupuesto no permite acceder a obras buenas de artistas consagrados. Que normalmente rondan arriba de los $10,000 dolares.  Una regla básica es no comprar nunca una mala obra de un buen artista sólo por tener esa firma”, y es un error que incurren constantemente los inexpertos en compra de arte.

“La inversión en clásicos es más conservadora: no suben tanto en momentos de burbujas y no caen tanto con las crisis. Hubo un deterioro de los precios pero no tan significativo como en el arte contemporáneo”, coincide Ruberto. Para Mauro Herlitzka, director de la feria Pinta, y vicepresidente del Malba y de la fundación Espigas, los contemporáneos pueden tener un valor de crecimiento más rápido que un artista de trayectoria. Además, existen aún muchs artistas poco conocidos o subvaluados, que al aparecer en escena, tienden a valorarse rápidamente.

Para Gastón Deleau, director de Arte al Día y organizador de Gallery Nights, acertar con el artista es fundamental. Así, explica, quien haya apostado por la generación que en los ‘90 tenía 30 años valorizó su capital. “Aquel que compró un Jorge Macchi hace 10 años recuperó con creces su inversión. Y quien compró un Pablo Siquier en los ‘90 en US$ 2000, por ejemplo, hoy vale US$ 15.000”, destaca.

Según Sánchez Zinny, algunos artistas argentinos ya consagrados y con cotizaciones sólidas son Pettoruti, Xul Solar, Berni, De la Vega, Greco y Kuitca. Mientras que entre los artistas jóvenes ubica a Jorge Macchi, Pablo Siquier, Beto de Volder, Fabián Burgos, Marina de Caro, Lucio Dorr, Rosana Schoijett, Ignacio Iasparra y Flavia Da Rin. Las obras de artistas consagrados parten desde los US$ 5000 y, las de los artistas emergentes, desde US$ 300 o $400. Para Gutiérrez Zaldívar, la obra promedio en remate es de US$ 3000 y en galería, entre US$ 1000 y US$ 8000.

Según Daniel Maman, director de la galería Daniel Maman Fine Art, hay tres reglas básicas para comprar un cuadro: enamorarse de él, buscar asesoramiento indicado para saber qué comprar del artista escogido (adquirir los mejores años de cada artista) y pagar un buen precio. “Es un combo perfecto: mientras se disfruta de la obra, se sigue valorizando”, resume. Para el dueño de la galería homónima es difícil encontrar un valor promedio de las obras, pero establece que un “Arlequín” de Pettoruti de cuerpo entero puede llegar a valer US$ 3 millones e incluso “El Quinteto”, del mismo autor, lo supera ampliamente, si bien no está en venta (pertenece a la colección Blaquier). Un Xul Solar puede llegar a los US$ 200.000 y lo más valioso de Berni, en remate, alcanzó los US$ 750.000. Entre los contemporáneos, Kuitca puede cotizar entre US$ 200.000 y US$ 400.000. “Esos son valores máximos, pero también se pueden comprar obras entre  US$ 2000 y US$ 10.000, que mañana costarán US$ 100.000”, explica Maman.

Pese a que el arte sigue siendo una opción tentadora, la crisis internacional hizo mella en el negocio local. “Se gastó bastante menos. Fue uno de los peores de los últimos 30 años”, dispara Maman. Herlitzka coincide: “El arte acompaña los vaivenes económicos de un país, cuando crece y cuando cae”. Por el contrario, Gutiérrez Zaldívar asegura que “a esta altura del año, el mercado de arte es un 12 por ciento más fuerte en ventas que en 2008”. Sí coinciden los especialistas en que los remates cayeron entre un 30 y un 35 por ciento: mientras que el último año se comercializaron obras por entre US$ 14 millones y US$ 17 millones, 2009 cerrará en unos US$ 10 millones/US$ 12 millones. Ruberto estima una caída del 35 por ciento en los valores de las obras argentinas. Según el coleccionista, el arte clásico, impresionista y old masters no se han visto mayormente afectados, pero sí el contemporáneo, al que describe como “la gran burbuja”, porque es más especulativo. En el mercado internacional, el valor de las obras cayó un 50 por ciento.  Sin embargo, las crisis económicas, ofrecen oportunidad de adquirir obras a menor costo, que en buenos años pueden crecer significativamente en valor.


Perfil del inversor
¿Quiénes invierten hoy en arte? En los últimos años, aseguran los especialistas, aumentó el número de inversores más jóvenes, estimulados por el boom del arte contemporáneo en el exterior. “El inversor tipo de hoy es el profesional o emprendedor de entre 30 y 45 años”, describe Sánchez Zinny. Para Gutiérrez Zaldívar, las edades de los compradores varían entre 35 y 70 años, y la compra promedio es de US$ 8000.

“En la Argentina, todavía no hay gente que invierta en millones de dólares, porque tampoco hay cuadros que lo valgan. Sí en cientos de miles. Por ejemplo, un cuadro puntual de Pettoruti, que puede valer US$ 100.000” explica Deleau, que caracteriza a estos compradores como “yuppies de 40 años, CEOs de empresas, que tienen una buena capitalización y se dan un gusto”. El especialista estima que un CEO puede “darse el lujo” de comprar un cuadro de hasta US$ 100.000. Para un gerente o director, “puede ser algo razonable”entre US$ 5000 y US$ 10.000.

Para los jóvenes que quieren invertir a 30 años, los expertos recomiendan los grabados, que tienen precios de US$ 100 a US$ 1000. Lo mismo pasa con los dibujos y la escultura: cada 100 pinturas, se venden dos esculturas y cuatro dibujos. Desde SZ Consultores recomiendan que nunca falten los trabajos sobre tela, así como técnicas en vidrio o madera, además de fotografía. Deleau, que también es director de Buenos Aires Photo, coincide. “Un fotógrafo contemporáneo muy bueno, como carísimo, puede tener obras por US$ 10.000. En Brasil, cualquiera parte de US$ 15.000”, dice.

“Si la obra fue bien comprada, en su justo valor, es de un buen artista, y de calidad, establecido o emergente, tiene posibilidades incrementar su valor en el tiempo”, concluye Herlitzka.

-Revista:  Apertura del arte, Buenos Aires, Argentina
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El Arte es para muchos, además de una representación muy subjetiva del mundo que nos rodea, una oportunidad de inversión con posibilidades muy lucrativas. Hay quienes se atreven a comparar el arte con una inversión tan sólida como la inmobiliaria por sus caracteristicas: no representa mayores dificultades de conservación, es fácil de trasladar y su comercialización es relativamente sencilla en el mercado nacional e internacional.
Asi mismo, están en el extremo opuesto al comercial, quienes gustan de adquirir una obra de arte por disfrutarla en su contemplación, éstas personas consideran al arte como un verdadero vistazo al mundo a travéz de los ojos de quien lo crea, con las ventajas de que puede disfrutarla siempre que se desea y al mismo tiempo posee la posibilidad de su eventual actualización como bien de venta.
Si usted está interesado en incursionar en el mundo del coleccionismo de arte, o simplemente desea adquirir obras de arte por gusto personal, es importante tener en cuenta algunos aspectos básicos para la compra de las mismas:
1.- Establezca un criterio de colección.   Le permitirá crear una colección consistente agrupada por determinadas características. Este criterio puede ser una temática determinada, un artista específico, un movimiento artístico, un estilo especifico, etc.
2.- Eduque su retina y criterio. Antes de comprar una obra de arte, debe entender lo que le gusta, lo que no le gusta y por qué, informarse por medio de profecionales (no vendedores, que pueden distorcionar su criterio por ventaja) de ése modo evitará caer en compras compulsivas y que difieren de su criterio de colección.
3.- Establezca un presupuesto. Si establece un presupuesto y se apega a él evitará pagar más de lo que puede. En una buena compra debe tener en cuenta que la inversión realizada será rentable a mediano y largo plazo; para establecerlo, debe saber que compra y a que precio.
4.- Sea un coleccionista responsable. Infórmese de la evolución y actividades de los artistas de su colección. Hay coleccionistas con buen ojo clínico que sistemáticamente, apuestan por artistas jóvenes, incluso, desconocidos en la confianza de que algún día centuplicarán su inversión. Muchas veces, se obtienen buenos resultados, sobre todo si se tiene buen gusto y un cuidadoso sentido crítico.
5.- La autoría. Es tambien muy importante considerar que una obra cuente con el reconocimiento del autor, ésto aumenta la valoración de la misma, que cada vez depende más del autor, desde que los renacentistas aconsejaban firmar las obras. Autor, taller, escuela, son valores escalonados de más a menos que autentifican la firma, ya que la falsificación de la misma puede provocar un escándalo, aunque más en el mundo comercial que en el creativo, pero afecta también al coleccionista o adquisidor de la obra pues su inversión se ve perdida al observarse poseedor de una obra no original.
Certificado de Autenticidad, la garantía para comprar una Obra de Arte Original
Si eres un amante del arte y quieres adquirir cualquier obra, primero debes asegúrate de que no es una falsificación. La mejor garantía para adquirir una obra de arte original es la autenticidad. Además, el certificado de autenticidad representa un valor añadido adicional.
Vamos a repasar algunos de los conceptos incluidos en el Certificado:
1. El nombre del artista (o nombres, si se trata de más de uno), nombre artístico y el título de la obra, son fundamentales.
2.  La técnica, y el soporte también deben figurar, así como el tamaño de la pieza. En caso de obra sobre papel, puede especificarse el tamaño del papel y el tamaño de la imagen, por separado, o un único tamaño (generalmente el tamaño de la imagen). En obra gráfica y fotografía, así como en escultura de edición limitada, es imprescindible que figure el tamaño de la edición, pudiendo además especificarse qué numero de edición es el ejemplar concreto adquirido.
3.  La fecha de la obra también es esencial, puesto que un artista puede cambiar de estilo en diferentes épocas de su carrera profesional. Muchos años después de que el artista haya muerto esta documentación permitirá a los historiadores de arte establecer la cronología de su obra.
4.  La firma legal del artista así como la firma artistica (en caso de utilizar alguna).
En un certificado se puede añadir información adicional, como puede ser referencias de la obra, catalogación, etc. También es importante que figuren los detalles de la galería u organización que expide el certificado, para referencias futuras.
Que tipo de artistas debería coleccionar?
Primeramente debe ser un artista cuya obra te guste, ya que si adquieres una obra para colgarla en tu casa, lo logico y mas sensato es que dicha obra te guste. Si ademas buscas adquirir piezas cuyo valor aumente con el tiempo ten en cuenta las clasificaciones de artistas, para que sepas cuanto debes invertir y asi mismo, cuanto podrán revalorizarce despues.
- Artistas famosos. Si cuentas con varios miles de dolares, puedes adquirir las obras de maestros contemporáneos, ya sean del siglo XX como Picasso o Chagall, o contemporáneos,  como Hirst, Hockney o Barceló, son apuestas seguras.  Dado que éstos artistas tienen una producción de obras limitada, y éstas tienden a mantener sus precios y generalmente a incrementarlos.
- Artistas establecidos.  Son artistas que tienen una trayectoria que demuestra numerosas exposiciones, y que están labrándose un nombre. Sus precios son bastante estables y son muchas las posibilidades de que aumenten con el tiempo, en la mayor parte de los casos.
- Artistas emergentes.  Son aquellos que tienen pocos años de carrera y que se muestran como promesas importantes. Hay muchos coleccionistas con buen ojo clínico que sistemáticamente, apuestan por artistas jóvenes, incluso, desconocidos en la confianza de que algún día centuplicarán su inversión. Así, el tiempo no irá más que reafirmando la obra del autor e incrementando su precio.
Galerías, marchants, o empresarios, pueden ser también impulsadores de talentos, para asegurar su inversión.  Apoyando en publicidad, exposiciones y adquisición de sus obras, siempre y cuando sean de calidad reconocible.
-Guía de inversión de arte, Mercado Libre
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Invertir o coleccionar, ¿es esa la cuestión? La pregunta no es un truco retórico. También se podría decir que el coleccionista de arte invierte y el inversor colecciona, lo que parece una auténtica tautología. Pero, la reflexión es indispensable para todo el que quiera iniciarse en el mercado del arte. Sencillamente porque la inversión en este sector, que a menudo se beneficia de altas revalorizaciones, se ha convertido hoy en una ciencia compleja, quizás reservada a especialistas y a grandes patrimonios.

Caso distinto es el del coleccionismo, que responde a criterios más simples y subjetivos, casi siempre relacionados con los gustos plásticos y estéticos, las modas y las tendencias, el estatus personal o las necesidades y las ambiciones suntuarias. Este es el asunto que nos ocupa: una simple consulta en galerías y catálogos revela que se pueden conseguir obras a precios que oscilan entre 1.000 y 3.000 euros con plenas garantías para un principiante. En latinoamérica,los costos son todavía menores, facilitándonos la posibilidad de invertir en obras de arte.  Y otra cosa; para invertir hoy en arte ya no es necesario comprar y poseer un cuadro o una escultura, puesto que se pueden tomar participaciones en fondos de inversión dedicados en exclusiva a este tipo de operaciones. En este caso no se trata de coleccionistas, sino de inversores que diversifican su patrimonio con la aportación de cantidades más que asequibles en unos instrumentos financieros que sólo suman o restan rentabilidad al capital depositado.

Parece claro que este tipo de operaciones no tienen nada que ver con las que protagonizan los grandes coleccionistas, que pujan directamente o a través de representantes en las subastas de Sotheby's, Christie's o de Phillips de Pury, y cuya meta por regla general es hacer compatible su gusto estético con la mejora de una colección normalmente preexistente y la revalorización de la pieza adquirida.

Parecida intención es la que guía los primeros pasos de cualquier persona que pretende introducirse en el mundo del coleccionismo plástico. Unos primeros pasos no tan sencillos, sobre los que conviene reflexionar por anticipado, evaluando cuestiones tan fundamentales como el presupuesto disponible, las preferencias por corrientes, épocas y autores; y las posibilidades espaciales a la hora de colgar o exhibir lo comprado.

Lo mejor es ponerse en manos de los profesionales. Por un lado, existen en España algunos asesores que 'guían' al cliente en su actividad coleccionista. Es el caso, entre otros, de María Martín (c/ Gran Vía 62, Madrid) o de los consultores ABV Arte (c/Argensola, 14.1º Izda, Madrid), ambos bien conocidos y con experiencia contrastada en el mercado del arte global. Otra posibilidad es la de las galerías, siempre atentas al más cercano y barato arte emergente o a la comercialización de artistas consagrados. En muchas de ellas no sólo se dan facilidades de pago, sino que además se asesora al cliente e incluso se oferta la posibilidad de la compra a plazos, que permiten la adquisición de piezas con 'pagos de letras' mensuales o trimestrales.
Siempre es recomendable, para los jóvenes nuevos coleccionistas, que inviertan en artistas emergentes recomendados, o notablemente creativos y genuinos
Galerías interesantes
Puestos a dar consejos para el novato que pretende iniciarse en el coleccionismo artístico con un presupuesto reducido, los especialistas coinciden en recomendar al principio la compra de fotografía -género que registra una importante revalorización en los últimos años-, u optar por dibujos y grabados de formatos pequeños. Y sobre todo, y como consejo general, conviene decantarse por obras firmadas por autores emergentes con precios que todavía son interesantes.  Si sabes atinar bien sobre un nuevo artista, puedes multiplicar ampliamente tu inversión.
Entre las galerías españolas que más han destacado en la promoción de los nuevos valores se pueden citar a Campos (Zaragoza), El Aleph (Ciudad Real), Vanguardia y Windsor (Bilbao), Espai b (Barcelona) o La Fresh Gallery (Madrid). Si nos apetece invertir en fotografía conviene pasarse por La Fábrica (Madrid), Photo Gallery 20 (Bilbao) o por Tagomago (Barcelona). Otra posibilidad para el nuevo coleccionista son las subastas y las ferias, aunque también aquí se hace necesario contar con asesoramiento.
En Arco no siempre se encuentran los grandes chollos, pero sí estamos ante el mejor escaparate para descubrir las últimas corrientes que reúne, además, a todos los agentes del sector. Es la ocasión más propicia para iniciarse en el coleccionismo, en el que resulta fundamental mantener dos cuestiones esenciales: constancia y coherencia.

ENRIQUE PORTOCARRERO -especialista en inversiones de arte- Madrid, España

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